¡El espacio de tiempo de Jezabel para arrepentirse de la fornicación ha terminado!

“Y le di espacio para que se arrepintiera de su fornicación; y ella no se arrepintió.” (Apocalipsis 2:21)

La “ella” a la que Jesús le dio “espacio para arrepentirse de la fornicación” fue esa falsa condición espiritual cristiana (Jezabel). Este espíritu de Jezabel afirma estar casado con Jesús (afirma ser su iglesia) pero, sin embargo, coquetea y fornica con el mal y se complace en mezclar la falsa doctrina con las enseñanzas puras de Jesús. (Ver publicaciones anteriores de: “¿Se debe honrar a Jezabel como reina y profetisa?" y "Jezabel mata a los verdaderos profetas y luego prepara una falsa comunión“.)

Anteriormente en la era de Pérgamo, y ahora en Tiatira, se ha observado que un espíritu de iglesia falsa cometió fornicación con el diablo mezclando enseñanzas falsas con la verdad de la palabra de Dios. ¡Sin embargo, todavía afirman estar casados con Jesús! La razón de esto: para beneficio personal egoísta. Esta condición de iglesia no es fiel en su amor por Cristo. Este es el espíritu de una ramera. No es el espíritu de una novia pura y fiel a Jesús.

En Efesios 5:22-33 leemos y obtenemos un claro entendimiento acerca de cómo la verdadera iglesia de Dios es una novia pura y verdadera de Cristo:

“Esposas, sométanse a sus propios esposos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él es el salvador del cuerpo. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así las mujeres lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella; para santificarla y limpiarla con el lavamiento del agua por la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante; sino que debe ser santo y sin mancha. Así deben los hombres amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne; sino que la alimenta y la cuida, como el Señor a la iglesia: porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio: mas yo hablo de Cristo y de la iglesia. No obstante, que cada uno de vosotros en particular ame tanto a su mujer como a sí mismo; y la mujer procure reverenciar a su marido.”

¿Qué sucede cuando las personas “dejan su primer amor” (como se mencionó en una publicación anterior “¿Has dejado tu primer amor?” sobre Apocalipsis 2:4)? Se vuelven espiritualmente impuros cuando coquetean con el pecado y el mal. Las prácticas cristianas falsas (como paganas) eventualmente se mueven entre aquellos que afirman ser la iglesia.

A pesar de todo esto, Jesús en su misericordia ha dado tiempo a las personas para que se arrepientan de jugar a la iglesia y se vuelvan a él de todo corazón. El Señor en el Antiguo Testamento también le dio a Israel y a Judá la misma oportunidad de arrepentirse y regresar, pero eventualmente se acabó el “espacio” de tiempo para arrepentirse:

“Dicen: Si alguno repudia a su mujer, y ella se aparta de él, y se vuelve de otro hombre, ¿volverá a ella otra vez? ¿No se contaminará mucho esa tierra? pero te has prostituido con muchos amantes; mas vuélvanse otra vez a mí, dice Jehová.” (Jeremías 3:1)

Pero en Tiatira, las sectas protestantes divididas y comprometidas en particular (y las del catolicismo) no se arrepintieron, sino que continuaron “jugando” con las falsas enseñanzas y los propósitos y reinos de los hombres. Jesús indica que su espacio de tiempo para ofrecer misericordia se ha agotado.

“Y le di espacio para que se arrepintiera de su fornicación; y ella no se arrepintió.” (Apocalipsis 2:21)

Babilonia ha caído y destruido de repente: aullad por ella; toma bálsamo para su dolor, si es que puede ser curada. Habríamos sanado a Babilonia, pero ella no ha sido sanada: dejádla, y vámonos cada uno a su propia tierra; porque su juicio llega hasta el cielo, y se eleva hasta las nubes.” (Jeremías 51:8-9)

“Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo, teniendo gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó a gran voz, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación, y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la abundancia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas. Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades. Retribuidla como ella os ha dado a vosotros, y doblad para ella el doble según sus obras; en la copa que ella ha llenado, llenadle el doble. Cuánto se ha glorificado y vivido en deleites, tanto tormento y dolor dale, porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré dolor.” (Apocalipsis 18:1-7)

A continuación, en Apocalipsis 2:22, veremos parte del juicio que Jesús impone a aquellos que continúan coqueteando y jugando con la Jezabel espiritual. El espíritu de Jezabel es también la Babilonia espiritual, o el catolicismo y las sectas protestantes divididas juntas, porque todas tienen esencialmente el mismo espíritu guiándolas. Les gusta pretender estar casados con Cristo, pero viven infieles al voto matrimonial de obediencia, pureza y fidelidad.

Note dónde está este mensaje a Tiatira dentro del contexto completo del mensaje completo de Apocalipsis. Véase también el “Hoja de ruta de la Revelación.”

Diagrama de descripción general de Apocalipsis

es_MXEspañol de México
Revelación de Jesucristo

GRATIS
VISTA